La lectura engancha

La semana pasada, concretamente día 17 de octubre, se publicaba que se había desarticulado un grupo que traficaba con drogas que escondía la droga dentro de los libros.

Los detenidos se dedicaban a cortar las hojas de los libros -malditos- para inserir en ellas las sustancias estupefacientes (cocaína, hachís y marihuana). Supongo que no pensaron en que esconder libros cargados de droga dentro de un bar podía resultar algo extraño.


Ante estos hechos, queremos advertirles, por si estas prácticas se extienden a otros lugares, que tenga usted cuidado. Si observa una risa extraña y pegadadiza en la sala, si la venta de chocolatinas de la máquina de recepción no da a basto, si algunos de sus usuarios ejercen de vigilantes de seguridad sin titulación, si las miradas van más hacia arriba que hacia abajo, si le devuelven los puntos de libro enrollados, tiene usted un problema.

Pero no se preocupe, para estas cosas creamos frikitecaris. Llámenos y sin ningún compromiso nos llevaremos las sustancias estupefacientes. Ya sabe, nosotros siempre velamos por el bien de la profesión.

Una advertencia para bibliotecarios emprendedores, sabemos que los presupuestos nos dejan en la más absoluta miseria, pero desde ya les advertimos que no es una buenaforma de financiación de actividades de fomento de la lectura. Ellos nunca lo harían, y la mayoría -tu ya sabes, mi amor- de sus progenitores tampoco.



 

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